Y él me lo rebatió incansablemente.
Le expliqué que el mundo es puro azar,
que las semejanzas no son más que eso,
que lo distinto también es azaroso,
y la igualdad es aparente.
Pero que lo que sí funciona es la empatía,
que la simbiosis también está en la biología humana,
y querer parecernos a "otros"
es la necesidad de entablar un diálogo
con lo que, otra vez azarosamente, se nos acerca en la vida,
y querer parecernos a nosotros mismos
es quizás lo más cercano al infinito.
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Ilustración "First love" by © Teo Elaine |
Él dulcemente le agarro la mano,
ResponderEliminarla beso con ternura en señal de amor,
y mirándola fijamente a los ojos
continuo insistiendo…
No creo en el azar,
ni hay en un designio prefijado para “mí”,
porque el “mí” no existe.
Sucede lo que debe suceder
no porque el azar así lo disponga,
sino porque es un movimiento dentro de un Todo.
El mundo es su mirada,
nosotros somos sus ojos.
Lo aparente es lo distinto,
lo igual es lo real.
La empatía es la voz de la simetría
que funciona como un imán.
No puedo tratar de parecerme a algo que no soy,
ni que ya soy,
la única elección es que hacer con ello.
♥
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