que dibuja infinitas esferas de metal
y un horizonte de caballos desbocados
blancos
con crines de viento y espuma.
El fuego, arde.
El silencio, paz.
Es entonces
el momento preciso
en que aparece
extiende sus brazos
y con la yema de sus dedos
recorre mi cara
se detiene en mis ojos
y expresa su adagio
con voz de dulce violín:
"Niña aceptate!!!
y ríndete al amor
que eso te redime".
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Ilustración by Leonardo Flores |
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